lunes, 28 de junio de 2010

Isaac Newton

Todo empezó con una...manzana..?.

No me ha resultado fácil decidir por donde empezar: Tantas cosas, tantos nombres, tantas leyes y axiomas, tantas disciplinas (tantos profesores intentándome convencer de que la suya es la mas importante...) hasta que preguntándome "¿Que leches es lo más básico, lo mas primitivo en lo que se cimienta la ingeniería?" sin dudarlo pensé en la física, esa ciencia que podríamos definir a groso modo como la descripción matemática de la naturaleza. Física y matemáticas, eso es lo que debe controlar cualquiera que pretenda profundizar en el oficio de ingeniero y que al empezar a estudirlas hay un nombre que rápidamente, como un nexo común, se empieza a repetir con asiduidad en ambas: Sir Isaac Newton.

Isaac Newton nació un 4 de Enero de 1642 en un pequeño pueblo llamado Woolsthorpe, en el condado de Lincolnshire, Inglaterra. Su padré murio estando su madre embarazada y el pequeño Isaac pasó su infancia en la granja de su abuela materna. La casualidad quiso que su nacimiento casi coincidiera con el fallecimiento de uno de sus grandes referentes, Galileo Galilei, quien murió 4 días después. Newton era un niño normal y corriente que asistía a la escuela local sin destacar especialmente en sus estudios pero que mostraba cierta curiosidad por los juguetes mecánicos y en general por todo aquello que funcionara mediante alguna clase de mecanismo. Fué esta "afición" lo que llamó la atención de su tio materno, el reverendo William Ayscough antiguo alumno de Cambridge, quien convenció a su madre para que el chico abandonara la granja familiar y continuara sus estudios.

Así en 1661 con 18 años Newton ingresaba en el Trinity College de Cambridge, por entonces ya afamada institución educativa donde se graduaría años mas tarde como un estudiante del montón tirando a mediocre, debido a que no solía asitir a las clases y se pasaba las horas del día en la biblioteca leyendo las principales obras de Descartes, Kepler, Fermat o Galileo entre otros. Aunque esta formación autodidacta no le brindó un gran expediente, Newton comenzó a despuntar cuando Isaac Barrow, en calidad de su Profesor Lucasiano de matemáticas (ahí es nada...) viendo su potencial solicitaba su ayuda con cierta frecuencia a la hora de trabajar en problemas matemáticos.

Es a raíz de esto que Newton empieza a tener cierta fama y entra en contacto con la Royal Society. Aunque les envía varios manuscritos fruto de su trabajo en Cambridge, es en el periodo de 1665 a 1666 durante una larga temporada que pasa en la granja familiar cuando el genio de Newton explota alcanza una cantidad enorme de descubrimientos en los que sienta las bases del cálculo diferencial o la ley de la gravitación. Aunque estos trabajos son de un valor incalculabe, a su vuelta a Cambridge Newton guarda silencio, posiblemente por cierto temor a ser plagiado o no ser comprendido.

Por fin en 1672 se decide a publicar un texto titulado Opticks en el que expone sus descubrimientos sobre la composición cromática de la luz y la propagación de esta por medio de corpúsculos en vez de ondas. Las reacciones no se hacen esperar, siendo duramente criticado entrte otros por Hooke y Huygens, quienes sostenían teorías propias de caracter ondulatorio acerca de la luz. Newton, que es conocido por su temperamento no acaba a digerir tan atroces críticas y decide bajo promesa nos publicar nada mas, hecho que ante los ojos de la comunidad científica no hace mas que reafirmar a sus detractores. No es hasta 1687 cuando gracias al apoyo de su amigo Edmund Halley que Newton se decide a volver a publicar y lo hará para dar a la luz su obra maestra: Los Philosophiae naturalis principia mathematica ("Principios matemáticos de la filosofía natural" o simplemente Principia). La que está considerada la obra mas importante de la historia de la ciencia, germen de la mecánica clásica y el cálculo envolvió también a su autor en la mas encarnizada y sonada de las polémicas, al ser acusado por Leibiniz de plagio ya que este llevaba tiempo investigando el cálculo diferencial.

Por si fuera poco, ese mismo año Newton se enfrenta al impopular rey Jacobo II, quien pretendía transformar la universidad en una institución católica. Cuando el rey es destronado y obligado al exilio, su activismo le valió ser elegido miembro del parlamento si bien su participación brilla por su ausencia. Quizás el enfrentamiento con Leibiniz y el escaso reconocimiento de su trabajo le pasaron factura. En 1693 se hunde en una profunda depresión que le provoca incluso brotes de paranoia. Su caracter se vuelve colérico y huraño mas aún si cabe.

Años mas tarde, en 1696 ocupa la Cátedra Lucasiana que fuera de su profesor Barrow y este le anima a publicar alguno de sus trabajos, a lo que él accede publicando un texto titulado Analysis per aequationes número terminorum infinitos, texto en el que esboza sus ideas sobre el cálculo. Sería su última publicación científica. Ese mismo año abandona la docencia y acepta el cargo de director de la Casa de la Moneda y dedica su tiempo libre al estudio de la alquimia y de las Sagradas Escrituras. En 1702 es nombrado presidente de la Royal Society, cargo en el que destaca por su dureza y su afición a la polémica y el abuso de poder. Sus últimos años estuvieron marcados por la enfermedad padeciendo fuertes cólicos nefríticos que le sumían en terribles dolores. Murió el 31 de marzo de 1727 y fué enterrado en la abadía de Westminster.

La contribución de Isaac Newton a la ciencia y la técnica es indiscutible y es a partir de este punto que podemos empezar a hablar de física y de cálculo.

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